De alguna manera, sabía que tarde o temprano sucedería. Había escuchado de sus amigas mayores varias historias. Las más bonitas siempre tenían más historias que contar, y aunque ella nunca se consideró muy agraciada, sus hermanas mayores tampoco lo eran y también se habían visto envueltas en el negocio...
No dudo más de su destino el día que vio a su abuela hablando con un hombre elegantemente vestido y con lentes oscuros en la entrada de la casita de una sola pieza, en un caserío de pescadores como manzanillo ese tipo de gente solo llega para traer problemas.
Las llamó a las tres, a ella y sus dos hermanas menores a la puerta... el hombre escudriñó a cada una con particular detalle pero cuidando de ser discreto, no porque realmente le importara, no, para la gente rica esas cosas son lo de menos, pero la abuela le había pedido tuviera cierta reserva por los vecinos... aunque todos sabían para que venía, nadie hablaba de eso...
Se acerco a la abuela que restregaba sus dedos con impaciencia...
- Por esta, le puedo conseguir un muy buen servicio dentro de unos dos añitos más, no deje que se la toquen...- Dijo señalando a una de sus hermanas- pero por hoy, solo le puedo aceptar a la niña de acá... aunque no creo que le pueda dar mucha plata por ella, seguro les servirá para pasar la mala época...
Todas las cosas sucedieron como debían pasar... el lujo la deslumbro, pero también el dolor y la soledad... Nunca sintió rabia por su abuela, más bien sintió rabia de si misma, de no ser bonita y de haberse dejado tocar antes porque hoy no podría llevar suficiente dinero a su casa... porque ella sabía la mala época nunca termina...
Solo cuando se cerró la puerta del auto tras de sí pudo volver a la realidad... El sonido del mar, el cantar de las gaviotas, el olor a salitre, la brisa tibia que llegaba del ponto... todo estaba igual... Los demás niños que jugaban en la orilla, los pescadores más allá, todo permanecía intacto... Nada había cambiado desde que ella entró a esa habitación, todo seguía igual, todo, menos ella...
UNICEF calcula que en Colombia hay en este momento 35 mil niños y niñas vinculados a la explotación sexual*... son 35 mil, no son una cifra, son niños...
Una de las ciudades con mayor turismo sexual es Cartagena de Indias, tierra colonial donde el lujo se entremezcla con la miseria. Quienes algún día la visiten por tierra podrán darse cuenta que a menos de
Estás personas viven bajo el margen de la indigencia y usan cualquier medio que les sea posible para llevar algo de alimento a sus mesas...
La oferta no aparece si no hay demanda... Los principales responsables del atroz crimen que representa el turismo sexual, no solo con niños, sino también con mujeres son los usuarios de estos servicios...
¿quién tiene más culpa, el que paga por pecar o el que peca por comer?...
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