lunes, mayo 08, 2006

03-12-05

Este en uno de esos días, en los que sin saber porque o para que, tu alma necesita liberarse... Quizás es que cuando sientes el hambre del tiempo que todo lo devora y miras la muerte a los ojos, te das cuenta de que nada sabes del mundo, que nada eres...
Y es fácil estar confundido... cuando la muerte te hace recordar que las cosas nunca son como las recuerdas y que nunca las recordaras como realmente son, que la vida es un soplo de aire que nos da Dios pero que puede opacado por la tempestad de la naturaleza, que el tiempo el amigo inseparable del olvido, el mejor maestro, y es la vez, es el mayor de nuestros temores y el causante de la mayoría de nuestras penas... porque sencillamente nunca entenderemos las cosas para las que hemos sido hechos... Porque sencillamente nos cuesta demasiado trabajo entendernos a nosotros mismos...

No pretendo unificar en mi pensamiento al mundo, solo deseo decir lo que muchos como yo callan, porque el silencio es la consigna del miedo y la mejor luz a la que la muerte nos muestra su guadaña...

Hay cosas que ni tú ni yo, podemos entender, hay cosas que Dios nos oculta con celo, hay cosas de nosotros mismos que no conocemos hasta que comprendemos que somos pequeños peones movidos por nuestros impulsos de deseo y de miedo, impulsos que nos llevan a tomar decisiones "trascendentales" en la vida, que a nadie afectan… excepto a nosotros mismos... cómo somos de egoístas...

Solo Dios puede romper ese círculo vicioso, solo Dios... pero a los hombres nos da tanta vergüenza acercarnos a Él y esperamos que sea Él el que se acerque a nosotros sin haber sido llamado... A veces somos tan cínicos... Y otras veces tan inocentes y humildes... Y es que el mundo nunca es como lo recordamos y nunca lo recordamos como realmente es.


jueves, mayo 04, 2006


Por fin llegó el tan esperado "Cine a la calle"....
Mejor vean ustedes mismos aquí.