martes, junio 26, 2007

Léelo hasta el final, aunque de entrada rechaces lo que estás leyendo:
Aburrido ya de las gracias de mi perro, Boby, un pastor de 3 años, decidí jugar con él de una manera diferente. Lo dejé con hambre y con mucha sed por un día entero, luego quise saber qué le pasaba, si en vez de agua le ponía en su bebedero leche de magnesia, el
estúpido se lo tomó todito, me miraba esperando que le de algo de comer, pero opté por encerrarlo para que no me joda, lo puse en la oscura bodega de herramientas y te juro que si no es porque en la noche escuché un aullido, no hubiese recordado que el pobre estaba metido ahí.
Como ya era muy tarde lo dejé que se duerma.
Ya en la mañana lo voy a buscar, y había diarrea por todos lados, me imagino que hizo efecto la magnesia y la verdad, se notaba muy débil y algo alterado por la luz que le daba directo en los ojos, pero yo me levanté con más ganas de joderlo, así que le halé el rabo, le hinqué los testículos, lo punzaba con un tenedor. Realmente me pareció divertido, algo en él y en mí había cambiado, ya no era más mi mascota, se estaba defendiendo, y me comenzó atacar. Sentí susto pero sabía que estaba débil por la diarrea y las heridas del tenedor, un poco mas y me desgarra una pierna. Agarré un fierro y lo puncé, el desgraciado no le importó y no huyó, siguió intentando herirme, como si la venganza lo motivara, pero al fin de al cabo es un animal, y yo podía adivinar cada movimiento que él hacia.
No me percaté de las heridas de Boby, ya que su pelo negro tapaba de alguna manera el rojo de su
sangre; no fue hasta que salió un chorro de sangre por su boca, él estaba agotado, su lengua lo delataba, no la podía esconder, me dio lástima el infeliz, pero qué le podía hacer, ya estaba muy herido, y aun así quería
atacar, no tuve mas remedio que parar su sufrimiento, lo atravesé con el fierro, y ahí quedo lo que era Boby.



Antes de que pienses que soy un mal nacido hijo de la grandísima p..., cambiemos a Boby por un toro, entonces qué sería yo....


¿Un maestro?


¿Un artista?

Un ser vivo es un ser vivo, sea un perro o sea un toro, siente y sufre, no nos dejemos engañar por los psicópatas que promocionan los eventos taurinos, no juguemos con el dolor ajeno, y digamos NO a la tauromaquia.


Difunde esta idea, promociona un mundo sin violencia, ayudemos a los que no tienen voz. Hazlo antes de que empiece de nuevo la feria taurina, que no es otra cosa que dar rienda suelta a los más bajos y retrógradas instintos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Primera vez por aquí, y conociendo tu blog, me he encontrado con ésta excelente pieza para hacer consciencia. Aplauso firme.

Saludos cordiales.

Juan David dijo...

Yo también detesto la "fiesta" taurina. De hecho, cuando lo veo junto al torero, le hago barra al toro.

In-prudencia dijo...

Grimalkin: Gracias por la visita!
Pero debo admitir que el texto no es mio... es un correo que recibí...

Eta Carinae: Así es... la fuerza taurina más que una muestra de valentía del torero es una muestra de cobardía humana.

Unknown dijo...

excelente